Finaliza la cumbre sobre el cambio climático en Copenhague con una participación de 193 países y un acuerdo que no satifasce las espectativas de la gran mayoría. Los más de 1500 detenidos durante las dos semanas de cumbre y la dimisión de su directora, Connie Hedegaard, son muestras de la impotencia ante esta situación tan frágil en la que no se es capaz de dar un paso adelante.
La decepción viene en parte generada por la intransigencia de las naciones más contaminantes - China, E.E.U.U. y Sudafrica - en reducir drásticamente la emisión de gases con efecto invernadero. El discurso de el premio nobel de la Paz Barack Obama para muchos fue carente de ambición por salvar el medio ambiente apartando a los paises en via de desarrollo y lleno de arrogancia para algunos, por otro lado China prometió reducir las emisiones de dióxido de carbono entre un 40 y 45 por ciento, en función de su PIB, en 2020 respecto a los niveles de 2005. Una vez más los grandes gigantes comerciales interponen sus intereses a los del resto del mundo, un "resto del mundo" que grita para que frenen este desastre y permitan el equilibrio, no sólo ambiental sino también económico y social. Esperemos encontrarnos en México, lugar donde tendrá lugar la próxima cumbre con el fin de frenar el cambio climático, alguna respuesta, sin embargo, sigo pensando que nunca se arreglara nada en los despachos, que es el pueblo, las pequeñas empresas, los gobiernos locales los que tienen que tomar papel en este asunto, empezar dando pequeños pasos en temas como el reciclado, el tratamiento de residuos, el trasporte público, y sobre todo, generar una conciencia global sobre el ahorro de recursos y respeto al medio ambiente.
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