El 7 de octubre de 2001, EE.UU. pone en marcha la "Operación Libertad Duradera" con el objetivo declarado de invadir y ocupar Afganistán, en respuesta a los atentados del 11-S. La organización Bush atribuyó la autoria de los atentados al grupo terrorista Al Qaeda, cuyo nombre significa "base de datos" en refencia a las funciones de gestor que realizaba Osama bin Laden con los 2000 millones de dolares que la CIA invirtió para lograr el fracaso de la Unión Soviética.
El 20 de marzo de 2003, alegando la existencia de armas de destrucción masiva, las tropas estadounidenses invaden Iraq, comenzando así la Guerra de Iraq o "Operación Libertad Iraquí" - nombre por el que se le conoce en EE.UU. - que hasta hoy ha causado más de 150.000 muertos y cuyo costo supera los 900 mil millones de dolares, aproximadamente el presupuesto actual para la reforma sanitaria propuesta por Obama.
Actualmente la OTAN ha puesto en marcha la "operación Moshtarak" que cuenta con cerca de 15.000 soldados, 6.000 estadounidenses, con la finalidad de tomar posesión de la ciudad de Marjah, considerado el principal feudo talibán y así poder crear un cinturón de seguridad alrededor de las principales ciudades, para una vez asumido el control de las zonas más conflictivas pasar el control al gobierno afgano.
El pasado 23 de febrero un ataque de la OTAN alcanzó por error a un convoy de vehiculos en la provincia de Uruzgan, matando a 27 civiles, entre ellas 4 mujeres y un niño. En su lavor "altruista" la OTAN intenta liberar y proteger a miles de ciudadanos iraquies, pero quién los protege de ellos. Parece que no pesa en la conciencia de ninguno el hecho de invadir territorios en oriente próximo con pretextos que resultan ser falacias y que cuando pierden credibilidad, estas mentiras absurdas, son sustituidas por miedo asociando el estereotipo de islamistas radicales a toda la población musulmana. Quizás los gobernadores duerman tranquilos con este tipo de "guerras que buscan la paz", quizás piensen que el pueblo no empieza a darse cuenta de los principales objetivos de las grandes potencias, quizás sigan engañandonos durante mucho más tiempo, incluso quizás empiezen a creerse sus propias mentiras. Sigamos haciendo lo politicamente correcto, como hace España con el conflicto Israelí-Palestino, vendamos armas a los israelitas para luego proporcionar tiritas a los palestinos. Sigamos creando la guerra para llegar a la paz - con lo fácil que sería comenzar por lo segundo. Me quedo con las palabras de Gandhi: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.
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