El reloj de arena más grande del mundo

Casi recien llegados de Erasmus y después del gran viaje al Oktoberfest fuimos con Ylenia a Mainz, una pequeña ciudad de Alemania, donde ella esta realizando el Erasmus. Allí, contagiados por las ganas de conocer cada rincón del mundo, hizimos turismo por el centro de la ciudad, una ciudad bastante tranquila y tradicional donde pudimos ver "el reloj más grande de Europa, o del mundo" - según Ylenia - que se muestra en la imagen de la izquierda. Meses más tarde en Febrero después de los exámenes hicimos las maletas con destino Budapest, uno de los últimos días de aquel maravilloso viaje camino de los baños termales de Szechenyi, nos encontramos con este pedazo de reloj de arena - en la foto de abajo. No se si es el más grande de Europa, pero lo que está claro es que el pequeño reloj de arena de Mainz no. Estando de Erasmus se tienen un millón de visitas y al principio a parte de estar un poco perdido con el cambio, se suele hacer de guía de manera improvisada contando las historias como te suenan o como las recuerdas, y cómo no, colando alguna cómo esta. Ylenia fuiste una guía increible el tripode te echa de menos.

Maratone di Roma

El etiope, Siraj Gene, vence la XVI edición de la maratón de Roma con un tiempo de 2h08'39", realizando los ultimos 500 metros descalzo en honor a su compatriota Abebe Bikila ganador de dos medallas de oro en  maratones olimpícas, una de ellas obtenida en las olimpiadas de Roma de 1960, prueba que disputo con los pies descalzos.

Istambul is coming

Folgaria

Folgaria, situada en la provincia de Trento, fue el destino elegido por la ESN - Erasmus Student Network - para pasar 5 dias de nieve, risas, snowboard, cervezas, saltos en el snowpark, muñecos de nieve, algunos accidentes y problemas con los telesillas, más risas y más cervezas, largas sobremesas con vino de la casa, partidas de UNO y cómo no todo ello enlazado con un trenes nocturnos comodísimos - ironía. Un gran viaje, agraciado con un tiempo increible que ha conseguido que volvamos todos con el antifaz puesto.

Just Water

Praga

Praga,  conocida como la capital más bonita de Europa, es una ciudad capaz de contagiarte rapidamente. Sus barrios, su gente, sus precios - razonables para la vida de hoy en día - la vistas que regala el Moldava desde el puente San Carlos, el ghetto judío, la catedral de San Vito, sus plazas, sus mercados, su arquitectura que te traslada directamente a un mundo bohemio y carismático, donde se mezcla la grandeza de la capital de la Republica Checa con la sinceridad de una ciudad acogedora y enigmática. Allí pasamos dos días entre caminatas, comidas increibles en bares de malamuerte, hostales a precios de risa, cervezas, risas e historias. Debiamos volver a Budapest - desgraciadamente todo lo bueno se acaba - habiamos modificado toda la logistica del viaje con el fin de pasar el lunes en la capital hungara -porque los lunes molan, pero esa es otra historia que ya contaré - para disfrutar una de las mejores fiestas Erasmus.

Viena

Llegamosa Viena a media tarde, lo primero que teniamos que hacer era buscar un hostal para pasar la noche, fuimos directos a uno que nos recomendo Luis, bastante bien ubicado, pero que nos costo encontrar.
Dejamos las maletas en la habitación- compartida - y nos fuimos al centro de Viena, donde nos encontramos con los edificios más emblematicos de la ciudad perfectamente iluminados, sobre todo el Ayuntamiento, dónde habían colocado una pista de patinaje rodeada de chiringüitos cargados de vida y de comida.

A la mañana siguiente cruzamos el Wiener Prater, para llegar al monumento más grande para los aficionados del fútbol español, el Enst-Happel - estadio donde España se proclamó vencedorá de la Eurocopa. Después cogimos el metro, nos habian explicado que tanto Viena cómo en Praga no hay revisores en el metro y a diferencia del resto de ciudades normales no hay una barra giratoria que te obligue a ticar tu billete, por lo que el Karma - o así lo llamamos nostros - nos multó. Cómo no, después de la multa, volvimos a colarnos en el metro hacia el Palicio Godollo, o también conocido como el Palacio de la Emperatriz Sisí, donde hay unas vistas increibles y pasamos el resto de la tarde hasta coger la guagua en la estación con destino Praga.

Budapest

Terminamos los examenes, después de estar encerrados en la biblioteca poco más de un mes - algo que debería estar prohibido estando de Erasmus - hacemos las maletas, nos vamos a Budapest. Un billete que de manera espontánea sacamos con Wizzair uno de esos días de estudio. Al llegar a Budapest una "guagua" clandestina nos llevo al centro de Buda, situado al este del Danubio, dónde esperaban Divi y Luis. El recibimiento no pudo ser mejor, hasta las 4 de la mañana en el sofá - cuanto echo de menos uno - sumergidos en conversaciones trascendentales capaces de cambiar el mundo y cervezas. Al día siguiente a caminar, depués de ver la zona de Buda dónde se encuentra la basilica de San Esteban, la Opera y el Parlamento cruzamos el puente de las cadenas para llegar a Pest. Si la zona de Buda es totalmente plana, la zona de Pest es justo lo contrario, unas cuestas infinitas, pero que nos permitieron ver uno de los mejores atardeceres desde el Bastión de los pescadores y luego desde la Citadela. Después de que nuestra guía Divi  nos contara las historias de dos rombos que había visto en dicho lugar nos fuimos a su casa, se hacia tarde para la fiesta. Al día siguiente después de pagar dos billetes - no dejeís que Divi haga la reserva - cogimos la guagua que nos llevaba hasta Viena.

Sigue lloviendo

Sigue lloviendo en Roma...

Después de la tormenta

Empezamos a caminar, siempre lo hemos hecho así, sin saber muy bien a dónde, a la carrera con más salidas o a la oposición más estable, a donde nos empuja la corriente, pero llega un momento en el que empiezas a crear tu camino, que empiezas a ver claros después de la tormenta, la paciencia y el hecho de creer en ese otro mundo posible que te espera te mantiene vivo, y empiezas a andar por ti mismo, a crear tus propias pisadas, tus propias canciones y no ha sido fácil, porqué el mundo nunca comprenderá, que el mundo siempre te juzgará por los ceros de tu cuenta corriente, pero empiezas a entender las cosas que realmente merecen la pena, tus sueños, tus metas, la música, la felicidad. Y el hecho de haber luchado a contracorriente te convierte en tu propio admirador. Porqué nunca ha sido fácil encontrar el camino, pero todo el que realmente busca algo lo acaba encontrando.